Se encuentra el pueblo de Vega a medio camino entre Caravia y Ribadesella.
Su playa abierta al Cantábrico deja sabor a sal,
se escapan tímidos
dorados reflejos de sol y arena.
Suena cantarín el rio Acebo (o Vega como llamó Camilo José Cela), que abre paso entre juncales pidiendo a la mar su abrazo final.
El puente de piedra del que habla Camilo José Cela en su obra Del Miño al Bidasoa se lo llevó una riada en Agosto 1988 y ya no es de piedra...
La playa discurre inmensa entre rocas de fluorita, en su parte más occidental (Punta del Pozo) se pueden observar restos de icnitas.
Se deja ver entre nubes caprichosas y hacia el oriente la Punta de la Sierra. Estás especialmente guapa esta mañana.
El cielo se mezcla con tu risa y las nubes se antojan tonos celestes, blancos... atrás la mar inmensa torna su aliento en bruma
Para tomar el camino real hasta Abeu debemos subir el pueblo empinado de Vega. Desde el rio junto al restaurante Güeyu Mar salimos en ruta hacia el camino real
El pueblo, tomando altura nos lleva a través de límites de artistas y perspectivas,
Hórreos viejos, sonrisa limpia
Y saliendo del pueblo vistas del Cantábrico entre verdes valles
Llegamos a Abeu encontrando peregrinos del camino de Santiago
Volvemos dejando Tereñes en el oriente. Dejaremos para otro día este pueblo y cantaremos
Cuando voy por Tereñes
llevo madreñes
porque allí hay muchu barru
por les caleyes
La bruma de la mañana estaba anunciando la entrada de un frente por el Oeste.
Es hora de regresar, desandamos camino entrando por el arco del pueblo
Domingo 31 de Enero de 2016
Antonio Valdeón
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